Fue fundado en el siglo XV y llegó a ser propiedad de muchos aristócratas polacos, como Dominik Gherri, el médico del rey Estanislao II Poniatowski.
Los habitantes solían dedicarse a la pesca y a la agricultura.
El pueblo creció gracias a las minas de carbón de antracita, a principios del siglo XIX.
Durante la Segunda Guerra Mundial, fue un baluarte de la resistencia polaca antinazi, ayudando a los prisioneros del campo de concentración de Auschwitz.
La economía del pueblo está centrada en la mina de antracita "Brzeszcze-Silesia", la cual es el mayor empleador en la región, y uno de los más grandes de todo el Voivodato.