El tercer cuartel hace referencia al castillo de San Carlos, construido en 1568 y hoy desaparecido.
La sierra alude a San José, patrón del municipio, así como al trabajo y esfuerzo de sus habitantes.
[16][17] Los límites administrativos del municipio son arbitrarios y generalmente sigue la línea de diversos caminos.
Predominan así las formas estructurales poco alteradas por la erosión, con edificios volcánicos que presentan, por lo general, sus características originales.
A medida que se desciende la ladera aparecen otros conos como las montañas de La Venta y del Tomillar, cubiertas por el pinar.
La zona más amplia acoge a la localidad y playa de Los Cancajos, urbanizada para el uso turístico.
Su cauce apenas se ha excavado y solo lleva agua en el caso de lluvias torrenciales.
La oscilación térmica del municipio queda moderada por el manto de nubes y la proximidad al mar.
Salvo excepciones, en el verano las temperaturas suelen sobrepasar los 20 °C, mientras que invierno no bajan de los 15 °C.
También hay varios palmerales, destacándose el de los volcanes del Zumacal por su número y belleza.
En concreto, optaron por las cuevas situadas en las laderas de solana orientadas hacia el sureste, lo que les proporcionaba una buena cantidad de luz y calor durante el día, y su altura interna no superaba los tres metros, lo que las hacía cómodas para vivir.
Los cadáveres se introducían en las tumbas acompañados de ajuar funerario, como cerámica y otros objetos utilizados en vida.
En las laderas del barranco de Pata, se hallaron varias cuevas utilizadas por los benahoaritas tanto como viviendas como para enterramientos.
[8][31] La costa se convirtió en una zona de preferente explotación por los benahoaritas, quienes aprovecharon recursos naturales como lapas, burgados, púrpura y ostrón.
Desde mediados del siglo XIV y a lo largo de todo el siglo XV hubo un período de contactos, progresivamente más frecuentes, entre las poblaciones aborígenes del archipiélago y los navegantes europeos inmersos en la primera expansión ultramarina.
Los indianos, como se conocía a estos emigrantes que lograron prosperar en las colonias, contribuyeron al desarrollo de la isla al enviar remesas y productos como tabaco y cacao, utilizadas también para financiar empresas artísticas reflejadas en el patrimonio eclesiástico de La Palma.
Ambas zonas formaban una única jurisdicción, gobernada por un alcalde pedáneo designado por el Cabildo Insular.
Esta división también generó un conflicto relacionado con el Pósito, una institución fundada para distribuir recursos entre los labradores más necesitados durante la sementera o en tiempos de escasez.
Entre los motivos expuestos figuraban el aumento de la población en Breña Baja (que ya superaba a la de Breña Alta), la reciente división del Pósito, el carácter disperso del asentamiento y las dificultades para celebrar los sacramentos y atender a los enfermos.
La situación relativamente próspera entró en declive durante los años de guerra civil y represión franquista.
A lo largo de la segunda mitad del siglo xx, diversos servicios municipales y comercios se establecieron en San Antonio, como el colegio, la farmacia, el centro médico, la biblioteca, las oficinas bancarias y de correos.
El auge constructivo del último tercio del siglo xx y principios del xxi alteró profundamente el paisaje urbano de barrios como San José y San Antonio, donde han desaparecido muchas edificaciones representativas de Breña Baja, mientras que otros lugares más apartados al desarrollo económico y social han logrado mantener casi intacto su patrimonio.
Tras un lento pero constante avance en el siglo XX, la población total ha registrado un gran crecimiento en las primeras décadas de la presente centuria.
Entre 2001 y 2021, Breña Baja creció en 2250 personas, convirtiéndose en el quinto municipio de La Palma en términos demográficos absolutos.
Esta última junto a la cabecera administrativa son las entidades que han crecido más rápidamente.
La propiedad de la tierra es predominantemente microfundiaria, lo que provoca parcelaciones inconexas y desplazamientos incómodos para sus propietarios.
[45] Fruto del turismo y de su cercanía e integración en el área urbana capitalina, Breña Baja cuenta también con un notable sector comercial.
La ganadería ha experimentado, por su parte, un ligero incremento en el número de cabezas, siendo la principal cabaña la caprina.
Único aeródromo de la isla desde 1970, mantiene múltiples conexiones diarias con Tenerife y Gran Canaria.
Buscaba así homenajear a las mujeres del municipio que habían realizado enormes esfuerzos para sacar adelante familias, hogares, cultivos o ganado.