La braquilogía (del griego «βραχύς» (brajýs) "breve", y del sufijo «logía» del griego «λογία», que indica "discurso", "habla") es, en lingüística y en retórica, un acortamiento del discurso obtenido en especial mediante el uso de una expresión corta que equivale a otra más larga o complicada, mediante la elipsis o supresión de palabras que se sobreentienden, como en "me creo honrado" en vez "creo que soy honrado".
[1] Por ejemplo: la expresión "¡de acuerdo!"
O, si una cocinera dice "¡las natillas!
", seguramente entenderemos que está condensando "me he olvidado de apagar el horno donde se están haciendo las natillas".
[2] En la redacción elegante en general, y en la literatura en particular, la braquilogía es aconsejable porque condensa la expresividad y permite aportar concisión, intensidad y empaque a un texto escrito.