Botita negra

Esta hermosa mujer, cuyo nombre era Irene Iturra, buscó trabajo en muchos lugares sin conseguir ninguno, esto ocurrió por el año 1950.

Fue transcurriendo el tiempo y se fue quedando sin dinero, en este tiempo conoció a la dueña de un burdel, doña María Centenario.

Cuentan que oraba pidiendo protección para sus amigas, para ella y agradecía a Dios poder estar viva.

Con el tiempo, Irene conoció a un hombre trabajador de la zona del cual se enamoró, María Centenario miraba como un mal augurio esta relación presagiando que en cualquier momento Irene abandonaría la vida de burdel para escaparse con su enamorado, lo cual sería su ruina.

Devotos llegan para hacerle peticiones, agradecimientos, entregar ofrendas, quemar velas o simplemente por curiosidad.