[3] Su superficie es totalmente llana con una ligera pendiente de noroeste a sudeste sin que exista ningún accidente geográfico.
[5] Localidades limítrofes La vegetación se encuentra condicionada, tanto por factores climáticos, como también por el uso intensivo del suelo que el hombre ha hecho, fundamentalmente para su explotación agrícola.
La intensa humanización de la comarca hace que en la Huerta sólo aparezca vegetación espontánea en los márgenes de los caminos y acequias, con especias como la hierba caragolera, el llicsó, el hinojo la borraja o el cañizo.
[5] También en el cauce del barranco se suele encontrar una asociación específica de plantas formada por la adelfa, el lletsó, la ortiga, y la caña.
[6] Tras la caída del Imperio romano y las invasiones bárbaras la población se mantiene, pero no será hasta la invasión musulmana de la península ibérica que se perfecciones los sistemas de riego y se introduzcan nuevos cultivos, intensificándose así el poblamiento con alquerías, molinos, posadas o torres.
[6] Los dos núcleos pasaron en el siglo XVI a la familia Montoliu, procedente de Tarragona.
En aquellos momentos, apenas vivían una docena de familias (unas 55 personas), que ya se habían cuadruplicado al comenzar el siglo siguiente.
[4] Aunque oficialmente ninguna carretera principal atraviesa el término de Bonrepós y Mirambell, su límite municipal con Almácera lo conforma la antigua carretera de Barcelona (N-340),[11] convertida en la actualidad en vía urbana,[12] que enlaza por el norte con la CV-300 y por el sur directamente con Valencia a través de Tabernes Blanques.
[3] El sector secundario poseía un peso relevante en el pueblo, con un 39% de los empleados, siendo los productos metálicos, la alimentación y la madera los subsectores que más predominan.
[3] En la actualidad éste y Mirambell se hallan unidos por el carrer del Mig, conformando un único casco urbano que a su vez está unido al de Almácera.
[3] Existen además varias alquerías diseminadas por la huerta, pero en 2009 no sumaban ningún habitante, estando todos concentrados en el casco urbano.
Esta rondalla, formada casi en su totalidad por personas jubiladas, es un grupo de música tradicional que tocan con guitarras, bandurrias y laudes.