Vistiendo la camiseta de la selección polaca marcó 24 goles en 80 partidos, desde 1976 hasta 1988.
En su primer mundial, al que llegó con 22 años, los dos primeros partidos ante Alemania y Túnez entró desde el banco y fue titular en el tercer partido ante México donde anotó un doblete en la victoria polaca por 3-1.
Para España 82, Boniek llegaba en su mejor momento, haciendo una dupla letal con otro gran crack polaco: Lato.
Dimitió en diciembre del mismo año, después de solo 5 partidos (2 victorias, 1 empate y 2 derrotas) con la selección.
Se sacaba fácilmente a sus rivales con un regate simple pero efectivo y disparaba con ambas piernas sin importar cuan incómodo estuviera en el remate, además era un buen cabeceador.