Básicamente han existido dos tipos de bombas para Diésel y gasolina, estas últimas ya desaparecidas al aparecer la inyección electrónica.
La presión se regula mediante un tornillo y no tiene circuito eléctrico.
Internamente tiene un émbolo ajustado con gran precisión de hasta 2 micrómetros, que tiene dos movimientos simultáneos: rotativo para distribuir y axial para comprimir el Diésel.
No obstante, es la más utilizada en los motores Diésel de equipos pesados y camiones de carga cuyos motores no son muy rápidos, por su robustez, vida útil y estabilidad.
En el gráfico pueden apreciarse también los tubos que salen de la bomba hacia los inyectores.