Examen de médula ósea

La médula ósea produce los elementos celulares de la sangre incluyendo: plaquetas, eritrocitos y leucocitos.

[1]​ Un volumen mayor a esta cantidad no es conveniente, ya que la muestra puede ser invadida por sangre circundante y alterar resultados.

Posteriormente, la biopsia de médula es llevada a cabo si se requiere.

Después de eso, si no hay hemorragia, el paciente puede levantarse y volver a sus actividades cotidianas.

El paracetamol u otros analgésicos simples pueden ser administrados al paciente para aliviar el dolor, el cual es común por 2 o 3 días después del procedimiento.

Cualquier agravamiento del dolor, coloración rojiza, fiebre, hemorragia o hinchazón puede sugerir una complicación.

Se aconseja a los pacientes evitar lavar la zona del procedimiento por lo menos 24 horas después de que el examen haya sido realizado.

La única razón absoluta para no realizar un examen de médula ósea es la presencia de hemorragias severas, ya que podrían ocurrir hemorragias después del procedimiento.

Si hay piel o algún tipo de tejido infectado sobre la cadera, se debe escoger otro sitio para el examen.

Sección de una biopsia de médula ósea tal como se ve al microscopio (teñida con hematoxilina-eosina).
Aspirado de médula ósea.
Voluntario donando médula ósea.
Una aguja usada para aspiración de médula ósea, con fiador (estilete) removible.