Su ausencia provocó un problema económico significativo a la UER y a la organización, por lo que se decidió que los países que hicieran el aporte económico mayor, no solo al festival sino también a la generalidad de actividades de la UER, tendrían siempre un lugar en el evento, sin importar su calificación anterior (entre 2000 y 2003), y tras la introducción de las semifinales, un lugar asegurado en la final.Italia retornó al festival en la edición de 2011, por lo que se extendió el término Big Five a todos los efectos.Por el contrario, en más de la mitad de sus participaciones totales han acabado en el puesto 20 o peor, incluyendo hasta diez últimas posiciones (Alemania en 2005, 2015, 2016 y 2022; Francia en 2014, por primera vez en su historia en el Festival; Reino Unido en 2008, 2010, 2019 y 2021 y España en 2017; siendo Italia el único del grupo que nunca ha finalizado último, con su peor resultado en 2014 en el puesto 21), y consiguiendo en 38 de las 83 participaciones una puntuación menor de 50 puntos, lo que ha llevado en algunos casos a replantearse si la existencia del Big Five beneficia o perjudica a estos países.Por el contrario, Francia, que partía como una de las grandes favoritas, no logró quedar entre los diez primeros.En 2016, se formó revuelo cuando el productor ejecutivo del Festival de la Canción de Eurovisión 2016 sugirió que «Reino Unido debería renunciar a pertenecer al Big Five si quería empezar a obtener mejores resultados y elegir mejores canciones».