[5] En 2014 fundó la compañía de danza y teatro-físico Malditas Lagartijas.
[5] A lo largo de su trayectoria ha explorado el teatro físico, la danza contemporánea, el hip hop, la performance y la escritura entre otros campos, con referencias a la cultura conquense.
[3] Sus obras, como Un huevo, cuatro sardinas, No hay jazmines sin tomates o Alpiste para cabezas tristes han abordado temáticas como la ruralidad, la memoria y la perspectiva de género.
[2] Sus composiciones han explorado el rap, el hip-hop, el latin y el folclore.
[10] Además, fue reconocida con el premio Sziget Festival que le proporcionó la oportunidad de actuar en el festival del mismo nombre, el más relevante de Hungría.