Durante los siguientes seis años mantuvo correspondencia con él e intentaron que se permitiera al hombre volver a Inglaterra.
Tuvo dos hijos, pero el matrimonio fue corto y pronto Beryl se vio como madre soltera.
Empezó a escribir para pasar el rato, principalmente contando incidentes de su infancia.
Sus primeras novelas fueron muy bien recibidas por la crítica y tuvieron éxito entre los lectores, aunque no le dieron demasiado dinero.
[1] En 2011 tras la muerte de la autora, se nombró un premio especial para ella, The Man Booker Best of Beryl prize.
[2] En 2015 Mark Knopfler le dedicó una canción de su álbum Tracker, llamada Beryl.