Bernardo Vieco Ortiz

Desde muy joven recibió clases con el maestro Francisco Antonio Cano, quien lo encaminó hacia la escultura.

[1]​ En 1924 empezó a fabricar obras de decoración arquitectónica en cemento vaciado, convirtiéndose en pionero del art deko en el país.

Con el paso del tiempo su reputación creció, por lo cual decidió abandonar su ocupación principal, como contador de una empresa industrial y se enfocó por entero a la ejecución de relieves decorativos y obviamente a la escultura.

También estableció un taller de escultura en el cual contó con varios discípulos entre ellos Rodrigo Arenas Betancur, su sobrino Jorge Marín Vieco y Gerardo Benítez.

Gracias a una técnica que él desarrollo pudo realizar fundiciones en Bogotá, en donde por cuestiones de la altura, se complicaba extraordinariamente este proceso.