Bela Kiss

fue un asesino en serie húngaro, quien se cree mató a 23 mujeres cuyos cadáveres conservaba en bidones de metal, incluyendo a su esposa, así como al amante de ésta.

[1]​ Sus crímenes quedaron al descubierto en 1916, cuando a causa de la escasez ocasionada por la Primera Guerra Mundial y mientras él se encontraba incorporado al ejército y luchando en el frente, las autoridades locales decidieron usar la gasolina que Kiss decía haber almacenado en su propiedad en siete grandes bidones de metal.

Al examinar el contenido de estos recipientes, de los cuales solo uno guardaba gasolina, encontraron 24 cadáveres conservados en alcohol correspondientes a 23 mujeres que habían sido estranguladas, incluyendo la esposa, así como un cadáver masculino que identificaron como el del amante.

Igualmente las autoridades descubrieron correspondencia que delataba como Kiss, adoptando una identidad falsa bajo el apellido Hoffman, seducía a mujeres con promesas de matrimonio convenciéndolas de visitarlo en su casa y entregarle su dinero, escogiendo a sus víctimas entre las que carecían de familia o no serían echadas de menos.

Cuando las autoridades intentaron detenerlo, Kiss desapareció del hospital de heridos de guerra en Serbia en donde había estado convaleciendo, usurpando la identidad de un joven soldado allí fallecido, por lo cual inicialmente se creyó que Kiss había muerto.

Bela Kiss.