Esto ocurrió durante un período en que los rumanos tenían poco o ningún derecho político y su representación es muy pobre, incluso en la religión.
En 1451 se convirtió en una ciudad real libre bajo el arzobispo húngaro Juan Vitez de Zredna.
Tras esto el asentamiento comienza a repoblarse, yn un censo de 1692 se mencionan 9 familias húngaras.
El obispo Samuil Vulcan (1806-1893) construyó una Iglesia Católica Griega, creado en la greco-católica en la escuela secundaria Beiuș y dotado con todo lo necesario.
Para 1850 la prometedora ciudad había probado ser un verdadero santuario para escapar de la influencia turca, por lo cual en esta época ya vivían 1250 familias rumanas y 950 familias húngaras (sobrepasando los inmigrantes valacos a la población húngara).
Hoy en día, Beiuș es un lugar pacífico, que combina algunos grupos étnicos y tres veces más las religiones, como en anteriores ocasiones.
La ciudad contiene magníficos edificios arquitectónicos, incluidos unos pocos iglesias antiguas y el instituto de estudios superiores "Samuil Vulcan", construido en 1828, que obtuvo el "Colegio Nacional" designación en 1998.
La caza de especies como: jabalí, corzo, conejo, faisán, paloma, perdiz o pato (principalmente ánades) también es popular.