Según el cuento popular, los Reyes Magos, de camino a Belén para llevar sus presentes al Niño Jesús, al no conseguir encontrar el camino correcto, pidieron ayuda a una anciana que los atendió y les regaló dulces.
Más tarde, al arrepentirse de no haber ido con ellos, y tras preparar un cesto con dulces, salió de casa y se puso a buscarlos, sin conseguirlo.
Si se han portado bien, les deja caramelos y chocolates, en cambio si se han portado mal, les dejará carbón (formado en realidad por dulces de color y forma parecida al carbón).
El origen de esta figura probablemente se puede vincular con tradiciones agrarias paganas relacionadas con el comienzo del año.
[4] Existe otra teoría, que relaciona el origen de la Befana con la mitología germánica y la creencia de Perchta y Holda, que simbolizan la naturaleza en invierno.