El encuentro, que tuvo lugar cerca de Enköping, se saldó con una victoria real.
Aunque la batalla no acabó con la insurrección, muchos estudiosos consideran que la batalla marcó el fin del viejo orden, al perder los suiones de Uppland su condición semiaristocrática y empezar a pagar impuestos.
Tomar parte en las expediciones reales era considerada por el pueblo de Uppland una tradición natural y gloriosa desde los tiempos del paganismo.
Por otra parte, Holmger Knutsson había alcanzado la mayoría de edad y era pretendiente al trono al ser hijo del rey anterior a Erico XI, Canuto II Holmgersson.
[10] La caballería profesional del rey derrotó al ejército de Holmger, consistente en levas generales.
Los suiones de Uppland, que desde tiempos inmemoriales habían estado divididos en folklands de acuerdo a cuántos guerreros podían aportar, pasaron a ser contribuyentes en tasas como los demás súbditos del rey.