Batalla de Santa Cruz de Tenerife (1657)

Empujadas por un viento favorable, todas las naves inglesas consiguieron salir del puerto maltrechas.

En 1653 Oliver Cromwell había asumido el poder absoluto sobre los tres reinos como Lord Protector.

Atrás quedaban más de 800.000 muertos[7]​ y ya la república estaba embarcada en una nueva guerra contra Holanda motivada por la rivalidad comercial entre ambos países.

España exigió la restitución de la isla y se reafirmó en su derecho al monopolio comercial en las Indias.

Al fracasar las negociaciones diplomáticas, Felipe IV ordenó cortar las relaciones con Inglaterra y confiscar los bienes de los ciudadanos ingleses en España;[12]​ Cromwell respondió con una declaración formal de guerra contra España.

Entretanto la flota inglesa, 23 navíos de guerra bajo el mando del almirante Robert Blake con John Bourne como vicealmirante y Richard Stayner como contraalmirante, había pasado el invierno frente a la costa andaluza esperando capturar la flota de Indias a su llegada a Cádiz.

Los barcos mercantes españoles fueron abordados fácilmente por los ingleses; sólo los galeones de Egües y Centeno consiguieron oponer cierta resistencia, pero superados en número, a mediodía fueron incendiados por sus capitanes para evitar que fuesen tomados por los enemigos.

Las fragatas inglesas intentaron tomar como presas los navíos abordados, pero perdida ya toda la flota española, la artillería arreció en su ataque contra los ingleses, y Blake dio órdenes de abandonar e incendiar todos los barcos españoles.

[21]​[22]​[23]​[24]​[17]​[25]​ Por la parte inglesa hubo 50 muertos y 120 heridos; los daños sufridos por las naves fueron reparados en los dos días siguientes.

[26]​ Los ingleses se llevaron dos mercantes capturados, con carga de cuero y vajilla.

En el bando hispanista se tomó más en consideración que se consiguiera mantener a salvo el grueso del tesoro que la flota transportaba, minimizando las pérdidas, y que se impidiera a los ingleses el apresamiento de las naves españolas y el desembarco y conquista de la plaza, habida cuenta de la inferioridad de armamento con que contaban los defensores.

Cromwell felicitó a Blake[31]​ y el parlamento inglés acordó concederle una joya por valor de 500 libras.

Robert Blake.
El St. George , capitaneado por Blake, en Santa Cruz. Cuadro de Charles Dixon .