En el transcurso de la acción, las tropas íberas obtuvieron la victoria y el general cartaginés Amílcar Barca falleció durante la batalla en circunstancias inciertas, pero según cuenta la leyenda una asociación de pueblos derrotó al ejército de Amílcar soltando toros con sarmientos encendidos en su testuz.
Se cree que Amílcar murió por las heridas sufridas en la batalla.
[1][2] Las fuerzas cartaginesas sitiaron la ciudad de Helike, en cuya ayuda acudió Orisón, caudillo oretano, junto con las tropas de otros pueblos aliados.
Según algunas versiones, Orisón engañó inicialmente a los cartagineses haciéndoles creer que venía como su aliado.
Cuando comenzó el enfrentamiento, lanzó contra la vanguardia enemiga carros ardiendo tirados por bueyes, que lograron romper las líneas cartaginesas y facilitaron la victoria de sus tropas.