Doce se formaron en regimientos, con tres batallones cada uno, y se designaron como Regimientos de Policía Central, Norte, Sur y de Propósito Especial.
Fueron dirigidos por profesionales de la policía, inmersos en la ideología del nazismo, impulsados por el antisemitismo y el antibolchevismo.
Algunos fueron empujados contra las paredes de los edificios y asesinados a tiros.
Otros, unos 2.000 hombres, mujeres y niños, fueron encerrados en la sinagoga, que fue incendiada posteriormente; allí se quemaron hasta morir.
El ataque nazi continuó con el lanzamiento de granadas a numerosas casas y más tiroteos.