La financiación se logró con las muy generosas aportaciones populares unidas a la del propio marqués, que dieron como resultado una suma considerable.
Alfonso Armada y Comyn, marqués de Santa Cruz de Rivadulla, recuerda que «para que pudiera mandar a los alumnos universitarios lo hicieron doctor en todas las facultades», título que fue concedido con carácter hereditario.
El batallón se formó en cuarenta y dos días, dándosele órdenes para su incorporación a filas, lo cual se llevó a cabo tras el acto de bendición de la bandera, en el cual tuvo lugar una arenga del arzobispo de la archidiócesis.
Lleva dos escudos: A su derecha uno con la Cruz de Santiago y a la izquierda el de la Real Universidad de Santiago de Compostela en cuyo centro figura el cáliz y la Sagrada Forma, antiquísimo escudo de Galicia Los soldados portaban además una cinta, con un breve poema, que aludía a la unión entre la cultura y el mundo militar en aras de la defensa nacional: «Por rescatar a Fernando [el rey Fernando VII] y acabar con Bonaparte, unióse Minerva a Marte».
En 1810, el general Castaños dio la orden de disolución del Batallón Literario, otorgando a los pocos que quedaron con vida, el rango de oficiales en los cuerpos militares.