Aunque la tradición la hace remontar al siglo IV, está documentada desde el 801 cuando el rey franco Luis el Piadoso impulsó la reconstrucción, y la advocación actual está testimoniada desde el siglo X.
Durante el siglo XIX el coro pasó del centro de la nave al ábside, y para ello se adelantó el altar.
También se reconstruyó la fachada en estilo neogótico entre los años 1880 y 1887, obra de Augusto Font Carreras.
En 1948 recibió el título de basílica menor, otorgado por el papa Pío XII.
Recorren la parte alta ventanas caladas con vidrieras de colores del siglo XVI.