Bartolomé Llorente y García

Allí también profundizó sus estudios humanísticos y amplió su biblioteca con la compra de libros.[1]​[2]​ En su nombramiento seguramente pesó su papel en la censura del cronista mayor Jerónimo Martel, cuya obra fue considerada «inadecuada desde el punto de vista metodológico e injuriosa desde el político».Dedicó gran parte de su trabajo a la historia religiosa, sobre todo a la historia del Pilar y la hagiografía de los santos relacionados con Zaragoza: Santiago y san Braulio.[1]​ Sus escritos y su biblioteca fueron heredados por el cabildo del Pilar, donde se encuentran todavía.[1]​[5]​ También se conservan allí gran número de cartas que escribió durante sus años en Roma.