Destacan las calles curvas, los callejones sin salida y las estructuras de origen islámico.
[2] La variada topografía de la urbe bocairentina genera que las parcelas presenten una diversidad amplia.
[2] Las ventanas, por lo general con nula ornamentación, se disponen de forma arbitraria, con muy pocas excepciones.
Los balcones que aparecen en las primeras plantas son de escaso vuelo, realizados en hierro o en madera.
También se encuentra en esta plaza la “Casa del Alcalde” del siglo XVI, con un balcón y puerta de módulo castellano, cornisa mudéjar y una ventana partida por un mainel de influencia toscana.
[3] Existía una muralla para defender la villa que no estaba presente en todo su perímetro, sino sólo en aquellos lugares donde la orografía lo hacía necesario.
[2][3] En cuanto a los edificios civiles, destacan el antiguo Ayuntamiento, el Museo Arqueológico y la Casa del Barón de Casanova.