En la actualidad, en toda la parte protegida por el río Clariano, se pueden ver restos de la muralla que sustentan huertos y casas antiguas.
Incluso podemos encontrar restos de ventanas ojivales que pertenecen a las reformas efectuadas en la época medieval.
La Vila mantiene su condición de conjunto autónomo y acotado, con contados accesos (que se caracterizan por rampas y escalinatas sinuosas para salvar el obstáculo geográfico-defensivo de la misma) desde el exterior.
También se pueden descubrir elementos aislados de piedra labrada como: portadas, esquinas y lienzos parciales.
[1] Destaca la calle Mayor de la Vila o de la Trinidad, que presenta aspecto señorial; bajando costera abajo y a cada lado existen calles, callejuelas y callejones sin salida.