Ellos se burlan de ella mientras que un perro, Brutus, la golpea y le roba su carta.
En su persecución, Corinne choca con otras tres chicas: Viveca, una fashionista; Aramina, una bailarina y Renée, una violinista.
Antes de ser arrastrada por ella, Corinne ayuda a una anciana llamada Héléne, que es tocada por su amabilidad.
Corinne se encuentra con otras tres doncellas, que resultan ser Viveca, Aramina y Renée.
Luis ama la ciencia y actualmente está desarrollando un globo de aire caliente.
Como los restos vuela hacia ellas, cada chica se defiende: Viveca saca toallas destruyendo una vela voladora a la mitad, Aramina patea rápidamente un pedazo del candelabro en dos; Renee lanza el plumero, lanzando fragmentos de vidrio lejos de ella y Corinne utiliza la escoba de una manera similar a la espada para golpear a distancia cristales colgantes.
Philippe escolta a Luis de la sala, mandando que se encuentra la causa del accidente.
Posteriormente, Hélène les dice a las chicas que son expertas, pero cada una tiene un largo camino por recorrer.
Corinne, quien está lavando las ventanas, ve a Luis colgando boca abajo del globo que flota en la torre.
Ella corre al balcón y salta en el globo, evitando que golpee en la cúspide de la torre.
Como lo hace, comienza a notar un patrón con los accidentes, sobre todo las cuerdas cortadas, como Renee añade: "Ayer, el candelabro; hoy, su máquina voladora" Pronto se hace evidente que un régimen de sabotaje está en movimiento.
Corinne también les avisa que a la empuñadura de la daga del capitán le falta un rubí.
Las cuatro amigas se apresuran para llegar al palacio y encuentran Tréville hablando con Philippe en el salón de baile.
Philippe las destierra del castillo, amenazando con lanzarlas a las mazmorras si causan problemas innecesarios.
Por otra parte, las chicas también utilizan los túneles para entrar en el salón de baile.
Una vez allí, las cuatro amigas y Hélène mantienen los ojos abiertos para los problemas.
Las chicas inician su propia batalla contra los asesinos con la ayuda de Hélène y Miette, pero pronto son abrumadas con más secuaces que llegan.
Louis, tratando de escapar Felipe, corre hacia la parte superior de una torre y es acorralado en una estrecha cornisa.Poco a poco Philippe lleva al príncipe al borde, Philippe le dice a Louis que es sólo un soñador patético y que no merece ser rey.
Al ver un estandarte que colgaba, ella se agarra de él y cae frente a los hombres.
Luis agradece a las chicas y Tréville se disculpa por no haberles creído.
Después de su coronación, el recién nombrado rey Luis apremia a Corinne, Viveca, Aramina, y Renée por su valentía, haciéndolas las primeras mosqueteras mujeres en la historia.