Barajando

Barajando es un tango cuya letra pertenece a Eduardo Escaris Méndez en tanto que la música es de Nicolás Vaccaro, que fue escrito en 1923 y estrenado en el cine Metropol por la orquesta de Roque Biafore en 1928.

Fue grabado, entre otros, por Carlos Gardel, Edmundo Rivero y por la orquesta de Juan D´Arienzo con la voz del rosarino Alberto Echagüe.

Este tango narra la historia de un hombre timbero, que asume la apariencia de galaico[1]​ almacenero, honesto y trabajador, para guillar[2]​ a otros, incluyendo trampear a las cartas, mediante ardides que sintetiza en “encarnar el espinel”, que incluyen el uso de su “anillo de hojalata con espejo vichadero”.

[4]​ Pero aparece una percanta[5]​ por la cual enloquece de amor, que lo termina engañando “con un coso[6]​ mayorengo[7]​ y gran bacán[8]​” y se tomó el Comte Rosso.

[9]​ El protagonista resume con un léxico vinculado al juego –o a la timba, el escolaso, la carpeta, para usar sus equivalentes lunfardos- la experiencia adquirida y filósofa que “en el naipe de la vida, cuando cartas son mujeres” no es suficiente con llevar bien fajadas[10]​ para el amor “las treinta y tres”[11]​ si la mina[12]​ no es sincera.