En el centro del Paraíso también está la Madre di Dio orante, liderando las filas de los elegidos y a través de Cristo y la humanidad, con un manto azul, representada en perfecto eje simétrico con el Cristo Pantocrátor.[2] En el tambor pintó Storie della Genesi [Historias del Génesis], en las pechinas los Profeti ed Evangelisti [Profetas y Evangelistas], donde ya mostraba un estilo menos bizantino, como las figuras insertadas en verídicas habitaciones pintadas de manera ilusionista.A partir del análisis de estas elecciones estilísticas, queda claro cómo el uso o no de efectos rétro fueron para Giusto un preciso componente deliberadamente buscado con fines expresivos y simbólicos: es quizás el único pintor del Trecento que elige conscientemente qué lenguaje usar.Dios Padre puede interrumpir el curso de los acontecimientos naturales para manifestar su voluntad al hombre: esto sucedió, por ejemplo, durante las tres horas del eclipse solar que acompañaron la agonía y muerte de Jesús.La Anunciación se ubica en un edículo arquitectónico, cuya configuración parece a primera vista tradicional: el Ángel y la Virgen están separados por una columna central que, al resaltar, repite la tradicional partición del espacio emblemático en un mundo humano y en un mundo divino.La transferencia de esta idea a un tema que no la implica es particularmente importante.
Una de las paredes pintadas con frescos
La bóveda del baptisterio
Detalle del fresco que representa el beso de Judas en una foto de
Paolo Monti
de 1965. Fondo Paolo Monti,
BEIC
Xilografía de "Notas de viaje sobre obras de arte medievales en Italia", 1858/1859