Ya a mediados del siglo XIX, Prusia estaba cubierta con toda una red de sucursales bancarias.
En ese momento en Prusia y otros estados alemanes había muchos bancos privados con derecho a emitir billetes bancarios.
Todos estos bancos privados compitieron entre sí, conquistando áreas entre sí para distribuir sus billetes de banco e inundando los mercados con una cantidad excesiva de sus valores.
En Prusia, se intensificó un movimiento destinado a fortalecer la posición del Banco Prusiano.
Al banco se le otorgó el derecho ilimitado de emitir boletos.