El IIB lleva a cabo sus actividades basándose en el acuerdo intergubernamental que lo establece y su documento fundacional, registrados en la Secretaría de Naciones Unidas.
Como institución financiera internacional, el banco es estratégicamente guiado y supervisado por el consejo del IIB, su más alto cuerpo de gobierno.
Cuando se fundó sus países miembros eran Bulgaria, Hungría, la República Democrática Alemana, Mongolia, Polonia, Rumanía, la URSS y Checoslovaquia.
Con la desintegración del bloque socialista, el IIB perdió en gran parte su propósito y quedó estancado durante casi dos décadas.
En 2012 llegó al IIB un nuevo equipo gestor, que recibió un mandato de los accionistas para empezar la compleja reforma del banco.