[5] Con el escándalo de autopréstamos en que estuvo involucrado Michelsen y sus socios accionistas del conglomerado dueño de Granahorrar, el Estado colombiano, encabezado por el expresidente Belisario Betancur, privatizó dos bancos del grupo, Banco de Colombia (hoy Bancolombia) y el propio Granahorrar.
El grupo finalmente se disolvió en 1997, pero los bancos sobrevivieron durante los ochenta y noventa.
Bajo la tutela del Estado colombiano, el banco fue readquirido por accionistas privados, que le dieron un nuevo aire a la entidad.
La nueva administración logró que en 1997 el banco fuera catalogado como una de las entidades financieras más exitosas de Colombia,[1] recibiendo incluso ofertas del banco español BBVA para su adquisición.
A pesar de esto, el banco volvió a entrar en decadencia, y el gobierno, ahora bajo la administración del hijo de Pastrana, Andrés Pastrana Arango, fusionó el banco con el fondo estatal Fogafín.