Baltasar Escrivá de Híjar

Culto y con inquietudes humanísticas y científicas como su padre, en 1690 fundó en su palacio una nueva Academia de Valencia presidida por Josep Ortí y Moles; además, aumentó la biblioteca de su progenitor con nuevas obras, entre las cuales mostró predilección por la historia.Con esto daba continuidad al mecenazgo del anterior conde de la Alcudia.Ese mismo año se produjo la muerte de su madre, Francisca Felipa.Próximo a la muerte y sin hijos, don Baltasar ordenó su testamento el 22 de enero de 1738, declarando heredera usufructaria de sus dominios a su esposa María Ana Bracamonte, pero sin designar ningún heredero universal.Otro factor de variabilidad es la frecuente castellanización de la antroponimia, que al producirse sin criterios definidos resulta extrema en el caso de «Híjar», que presenta morfologías muy dispares: Híjar, Íxar, Íxer, etc.