El balonmano masculino apareció por primera vez en el programa de los Juegos Mediterráneos en 1967, cuando los Juegos se celebraron en Túnez, la capital de Túnez.
Cuatro años después no se disputó pero, desde 1975, el balonmano siempre ha estado en el programa de los Juegos Mediterráneos.
En las primeras décadas, Yugoslavia dominó el torneo con mano de hierro y salir campeón cinco de las seis primeras ediciones.
En 2013, Egipto se convirtió en el segundo país no europeo que se hacía con la medalla de oro masculina.
También en este caso, las primeras ediciones estuvieron dominadas por los países balcánicos, pero de las últimas siete ediciones, Serbia fue el único país exyugoslavo que ganó el título en 2013, siendo España la que se alzó con el título consecutivamente en 2018 y 2022.