Balance de blancos

El principal problema que planteaba la temperatura de color en la cámara fotográfica analógica, era que no podía distinguir si la luz presente era blanca pura o no.

Algunas cámaras digitales disponen de opciones más avanzadas que el ajuste automático, pero no completamente manuales, dando así algunas opciones además del automático: Estas opciones son mejores que el uso automático, pero todavía tendremos problemas con los términos medios, durante el amanecer o el atardecer, en que la luz del sol debe atravesar una mayor longitud en las capas de la atmósfera que envuelven la tierra.

Esto modifica la coloración de la luz, la cual pocas veces notamos ya que nos es demasiado cotidiano.

Nada más lejos de la realidad, la cámara (al tirar en JPEG) o nuestro revelador (al tirar en RAW) implementan el balance de blancos como un simple escalado de todos los niveles RGB por un valor cuando la imagen está aún en estado lineal (por eso es tan complicado corregirlo a posteriori en imágenes con gamma compensada), existiendo un factor diferente para cada canal.

Así por ejemplo, y si tomamos como referencia el canal verde (el cual dejamos inalterable), para aplicar un balance de blancos 'tungsteno' en la Canon 350D se utilizan unos factores: R:1.392498, G:1.000000 y B:2.375114, es decir todos los niveles rojos se incrementan en un 39% y los azules en un 138% respecto a sus valores lineales de partida, tan simple como esto.

Ejemplo de cómo afecta a una imagen la variación de un balance de blancos. De temperatura más cálida a más fría.