La paz sólo fue lograda cuando el Emperador de Brasil concedió una amnistía general a los últimos rebeldes.
En el ambiente político la clase alta local se hallaba dividida en la disputa entre liberales (bem-te-vis) y conservadores (cabanas).
La Balaiada fue iniciada por el ganadero Raimundo Gomes (Cara Preta), trabajador de la hacienda del padre liberal Inácio Mendes.
[2] Los rebeldes juntaron cerca de 10.000[3] a 11.000[4] hombres en total: 8.000 ganaderos libres y 3.000 esclavos fugitivos.
[9] Mediante una hábil política de pacificación y una poderosa ofensiva militar apoyada por las élites locales.