[1] El pasado guerrero y belicoso de los bakalai se mantenía vigente a finales del siglo XIX según relatos del antropólogo franco estadounidense Paul Belloni du Chaillu.
En sus relatos etnográficos describe el respeto y temor que despertaban en las aldeas vecinas del pueblo eshira (ashira) Sin embargo el avance de los fang a finales del siglo XIX provocará guerras que desbastarán un gran número de comunidades bakalai al igual que a sus vecinos shekiani.
[2] En una visita etnográfica de finales del siglo XIX narrada en el libro “A Journey to Ashango-Land- and further penetration into Equatorial Africa” se describe una aldea bakalai como un construcción con fines defensivos.
[6] La ley de preferencia marcaba que el hijo mayor hereda al padre.
En todos los casos junto a los bienes materiales se heredan las esposas, esclavos y demás personas de la servidumbre.
[9] Sus mujeres muestran bastante ingenio en adornar su cabello, a menudo tomando un día entero para arreglar su peinado; el cabello está tratado en la parte de arriba en una subestructura de arcilla e incorpora cabello postizo debidamente tratado; a menudo una capa de pigmento rojo, verde o amarillo completa el efecto.
Los mismos colores suelen decorar las puertas de cabaña.Los pueblos, algunos de los cuales están fortificadas con empalizadas, son usualmente muy sucias; los jefes y hombres ricos viven a cierta distancia del pueblo, en sus propias plantaciones, donde enviaban a sus mujeres en tiempo de guerra[9] Los Bakalai del Lago Isanga incineran a sus muertos; aquellos del Alto Ogowe echan los cuerpos al río, con la excepción de aquellos asesinados en guerra.
El cuerpo de un jefe está colocado en secreto en una cabaña levantada en las profundidades del bosque, el pueblo es abandonado para aquella noche, en algunos casos totalmente; los esclavos del difuntos son (o eran) sacrificados y sus mujeres azotadas y retiradas en cabañas para una semana.