La noche en que le dan la noticia de la muerte de su padre Benito sale a emborracharse con su antigua cuadrilla del pueblo y acaba completamente borracho y según confiesa a su mujer por teléfono incluso se ha hecho pis encima.
Ajeno a la ideología de su padre Benito toca la trompeta interpretando temas tan poco tradicionalistas como La Marsellesa.
Tras tocar en dicho pueblo y haberse ido su cuadrilla, Benito habla de política ante desconocidos (critica un atentado terrorista), lo que le vale una brutal paliza cuando sale del bar.
Mientras le apalean Benito les grita Chulos y macarras fuera de Navarra.
Del final no se deduce que tengan una relación sentimental, aunque Benito deja abierta la puerta en el último diálogo.