Baja fantasía

[4]​ Mientras, en las novelas de fantasía urbana para adolescentes, sus protagonistas suelen ser inexpertos que son inesperadamente atraídos a una lucha paranormal.

En medio de estos conflictos, los personajes encuentran aliados, se enamoran, y, en algunos casos, desarrollan o descubren habilidades sobrenaturales propias.

[5]​ Historias que correspondan a esta clasificación generalmente acontecen antes del siglo XX.

[10]​ La ficción da al autor una mayor libertad de la permitida en el mundo real.

El autor David Chandler, considera que estas novelas reflejan la realidad contemporánea de la Guerra contra el terrorismo — caracterizada por "acuerdos secretos", "traición" represalias"—como el género del horror reflejó la Guerra de Vietnam, décadas antes.

[15]​ Sin embargo, la tierra-media, es suficientemente diferente de la realidad para ser clasificada como un mundo secundario y, por lo tanto, alta fantasía.

[13]​ Harry Potter de J. K. Rowling, sucede en el mundo real; sin embargo, la principal localización, Hogwarts, localizada en algún lugar de Escocia pero físicamente separada del mundo real, creándose un "mundo-dentro-del-mundo".

[13]​ Algunas fuentes colocan Harry Potter y His Dark Materials en el género de la baja fantasía.

Karin E. Westman, escribiendo en The Oxford Handbook of Children's Literature indica que, dado que "[J. K.] Rowling está más interesada en como la fantasía suministra una perspectiva sobre la experiencia cotidiana y el individuo en la sociedad," se "alinea principalmente con la baja fantasía, igual que autores como E. Nesbit, Elizabeth Goudge, y Paul Gallico.

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