Betilo (el término procede del griego baitulus y del semítico beth-el "templo del dios" o "de El) es una palabra que denota una piedra sagrada.
En algunas culturas semíticas también se utiliza para designar a los vestigios de meteoritos que golpeaban la tierra ("piedras de rayo").
Por extensión, el término se aplica a cualquier piedra que se considere sagrada por una cultura.
En la mitología griega, el término fue especialmente aplicado a ónfalo,[4] piedra que se supone tragó Crono creyendo que era su hijo Zeus.
Esta piedra estuvo cuidadosamente preservada en Delfos, ungida con aceite cada día y cubierta de lana virgen en ocasiones especiales.