El término Badiraguato es un hibridismo y proviene de los vocablos cahita-purépecha: ba, "agua", "arroyo" o "río"; dira, "muchos", y huata o huato, "cerro".
En tiempos prehispánicos, la toponimia se aplicó a un riachuelo porque alude, con todo acierto, a la corriente de Badiraguato (llamada también "Río Chico"), que brota en la sierra de Los Parra o de Surutato y que dio igualmente el nombre al pueblo, en las estribaciones de la serranía, frente al desaparecido pueblo Alicama.
A Oñate debe Badiraguato las noticias ciertas sobre sus condiciones minerales así como los sueños de conquista que pasado los años, se cumplieron en parte por las fabulosas explotaciones auríferas de la región.
En la serranía de Badiraguato, los fundos mineros descubiertos desde la conquista 1531, no alcanzaron ninguna prosperidad por diversas causas.
Caro Quintero usó su inmensa fortuna para construir una carretera desde Culiacán, además de parques, glorietas y alumbrado.