La leyenda cuenta sobre un árbol mágico llamado Bacona, que le enseñó al indiecito a tocar música usando los caracoles de la laguna.
El pequeño niño era reconocido por su habilidades en la pesca y en la natación, además era un asiduo jugador de Batos (juego indígena cubano similar al béisbol actual).
Todos en la villa estaban fascinados y pensaban que las habilidades para tocar música de un caracol fueron dadas por el árbol.
Es posible subir los 459 peldaños de piedra hasta la cima de la roca y pararse a 1.234 metros por encima del nivel del mar para disfrutar una vista panorámica.
Se dice que en una noche oscura es posible ver las luces de Jamaica.