En humanos, la medida y forma del cerebro, pueden ser afectadas por la medida de la bóveda, como es mostrado en la craneometría, pero estudios que la relacionan a la inteligencia no han encontrado ninguna evidencia concluyente.
Durante el nacimiento, los varios huesos conectados por el cartílago y los ligamentos solo se moverán relativamente el uno al otro.
Las suturas entre los huesos quedan hasta los 30 a 40 años de edad, permitiendo el crecimiento del cerebro.
No se sabe si tal deformación craneal artificial tiene un efecto en la capacidad mental.
[2] En los peces no existe ninguna bóveda craneal perceptible como tal, el cráneo está compuesto de huesos acoplados holgadamente.