Debido a las restricciones religiosas y los formalismos del contexto histórico, sumados a la ausencia de un matrimonio formal entre sus padres, Rivas no recibió una educación formal.
Su padre se casó posteriormente con Daniela Suárez, quien influyó en la formación espiritual del joven al introducirlo a la lectura de las escrituras bíblicas.
Su trabajo en el ferrocarril le permitió explorar nuevos paisajes y experiencias, que luego se plasmaron en sus obras.
Rivas enfrentó muchas dificultades, incluyendo períodos de dipsomaníay la pérdida de su hogar en un incendio.
[1] Sus obras han sido reconocida tanto a nivel nacional como internacional, obteniendo premios como el Arístides Rojas y una mención honorífica en la IV Bienal de São Paulo.