La fábrica azucarera fue levantada a finales del siglo XIX, manteniéndose en servicio entre 1900 y 1998.
En 1898 se puso en marcha la sociedad anónima Azucarera Leonesa, la cual tenía en proyecto la construcción de una fábrica azucarera en Veguellina de Órbigo debido a su conexión con la línea férrea León-La Coruña.
La idea de montar una fábrica en Veguellina de Órbigo se basaba en aprovechar que las riberas del Órbigo y sus afluentes constituían un área donde los regadíos tenían una implantación tradicional y el cultivo de la remolacha encontraba uno de los mejores espacios agrarios para su desarrollo.
[1] El cierre se produjo en 1998 tras un proceso de reestructuración iniciado por Ebro-Puleva con la excusa de hacer «más competitivo» el sector a nivel europeo.
Con 219 trabajadores, entre fijos y fijos discontinuos, molturaba cerca de cuatro mil toneladas de remolacha al día, y acababa de ser remodelada con una inversión millonaria que hizo que la planta contara con las últimas tecnologías.