Dinastía ayubí

Fue un momento histórico para Yemen, que por primera vez vio unidos sus hasta entonces independientes ciudades de Adén, Saná y Zabid.Para complicarlo todo aún más, Raimundo III de Trípoli congregó a sus fuerzas en Nahr al-Kabir cerca del territorio musulmán.Severamente sobrepasado en número, Saladino negoció abandonar las tierras al norte de Damasco, pero no se llegó a ningún acuerdo.El casco de su armadura le salvó y logró agarrar al asesino por la mano gracias a llevar su gambesón.Su mayor obra pública fuera de la ciudad fue un gran puente en Guiza, que pretendía facilitar la defensa contra invasiones moras.Los cruzados habían penetrado en el territorio de Damasco y Saladino tomó la tregua como algo que ya no tenía valor preservar.Saladino permitió al rey Balduino entrar en Ascalón con los Caballeros Templarios de Gaza sin tomar precauciones contra un ataque sorpresa.Aunque los cruzados apenas tenían 375 caballeros, Saladino dudó en emboscarles ante la presencia de tropas veteranas y oficiales expertos.Llegó a Damasco en junio para descubrir que Farrukh-Shah había atacado Galilea, saqueando Daburiyya y tomado Habis Jaldek, fortaleza de gran importancia.De Raqqa se movió conquistando sucesivamente al-Fudain, al-Husain, Maksim, Durain, Araban y Khabur, que le juraron lealtad.Afortunadamente para Saladino, al-Adil había llevado su flota desde Fustat y Alejandría al mar Rojo bajo el mando de un mercenario armenio llamado Lu'lu.Izz al-Din no aceptó sus términos que veía desproporcionados y Saladino en seguida puso sitio a la ciudad, muy fortificada.Saladino intentó justificar ante el califa an-Nasir sus campañas contra Izz al-Din y le solicitó justificación legal para ocupar Mosul.Los cronistas modernos suelen presentarlo como un extremista que forzó la guerra aun cuando no tenía forma posible de ganarla.Sin embargo, terminó uniéndose al ejército real que Reinaldo lideró contra la marcha de Saladino en Galilea.Sin embargo, cuando tras arduas negociaciones se había llegado a un acuerdo, Ricardo los hizo ejecutar ante las continuas postergaciones del pago por Saladino.Posteriormente, al-Kamil ofreció Jerusalén a Federico para evitar una invasión siria de Egipto, pero este último se negó.Poco después, Sayf al-Din Ali entregó su principado expuesto de Ajlun y su fortaleza a As-Salih Ayyub.Al poco tiempo Safad, con su fortaleza templaria, parecía fuera de su alcance, por lo que los ayubíes marcharon hacia el sur hasta Ascalon.Su comandante, Luis IX, intentó aliarse con los mongoles para lanzar un ataque coordinado sobre Egipto, pero cuando esto no se materializó, la fuerza de los cruzados navegó a Damietta y la población local huyó tan pronto como desembarcaron.El hijo de As Salih Ayyub y recién proclamado sultán ayubí al-Mu'azzam Turan-Shah llegó a Mansurah en este momento e intensificó la batalla contra los cruzados.Esta solicitud estaba relacionada con la rivalidad de an-Nasir con Aybak, ya que el título sería útil en futuras disputas con los mamelucos.Se produjo una batalla y los mamelucos finalmente huyeron a través del río Jordán hacia el área de Balqa.Damasco capituló después de la llegada del ejército mongol, pero no fue destruida como otras ciudades musulmanas capturadas.Sin embargo, desde Gaza, an-Nasir Yusuf logró reunir a la pequeña guarnición que dejó en la Ciudadela de Damasco para rebelarse contra la ocupación mongola.Los mongoles procedieron conquistando Samaria, matando a la mayor parte de la guarnición ayubí en Nablus, y luego avanzaron hacia el sur, hasta Gaza, sin obstáculos.Al año siguiente, al-Mughith Umar fue engañado para que Karak se rindiera a Baibars y fue ejecutado poco después por haberse puesto del lado de los mongoles.Este último murió en 1331 y fue sucedido por su hijo al-Afdal Muhammad, quien finalmente perdió el favor de sus señores mamelucos.Según este acuerdo, existían numerosos "pequeños sultanes", mientras que un miembro de la familia, como Sultan al-Mu'azzam, reinaba supremamente.[8]​ Los ayubíes, como sus diversos predecesores en la región, tenían relativamente pocas agencias estatales por las cuales podían penetrar sus ciudades y pueblos.