En 1919 nacen las primeras compañías aéreas, que en nuestros días siguen volando en los cielos del mundo.
El anuncio de la Segunda Guerra Mundial produjo un lapsus en el servicio aéreo comercial en Europa.
La situación de la guerra planteaba muchas alternativas y la aviación militar cobró una mayor relevancia.
De este modo, reducían los posibles incidentes que podrían retrasar vuelos y, así, disminuían en los trayectos.
Por ejemplo, la duración del vuelo entre Tokio y Londres pasó de 85 horas a 36.