En la esquina inferior izquierda hay también un antiguo sello que identifica la imagen como parte de la Colección Grünling.
Se trata del primer autorretrato desnudo conocido de la historia, y el artista no dudó en mostrarse en su intimidad, de manera realista y sin la menor idealización.
La obra es tan audaz, que no volverá a verse nada comparable hasta inicios del siglo XX con los igualmente crudos retratos desnudo de Egon Schiele.
[1] Se desconoce el momento exacto de la creación del dibujo y la datación es bastante difícil.
Se asume con certeza que la obra debe haber sido creada entre 1500 y 1512, ya que Durero utilizó la técnica de combinación usada en ella con relativa frecuencia en ese momento.