Autorretrato (Leonardo)

Fue dibujado en torno al año 1513 y se encuentra en la Biblioteca Real de Turín.

Este autorretrato, más que ser fiel como una fotografía, es una interpretación que Leonardo da a su propio rostro, jugando sobre la base de juegos de luces y sensaciones.

Este dibujo tiene una historia realmente sorprendente a sus espaldas: a la muerte de Leonardo, cayó en las manos de Francesco Melzi su fiel colaborador que había heredado todos los manuscritos y los dibujos, y a la muerte de este último, toda la colección se dispersó entre los hijos de Melzi y este retrato fue cedido, vendido, etcétera, y no se supo más de él.

Reapareció a principios del siglo XIX en Milán.

La confirmación viene del hecho de que había sido copiado y reproducido en una grabación para un libro, y desaparece nuevamente hasta 1840, cuando un coleccionista que lo había comprado quizá en Inglaterra o en Francia, lo vendió a Carlos Alberto de Saboya, junto a dibujos de otros grandes artistas como Rafael y Miguel Ángel.