Atentados de Dublín y Monaghan

Tres de ellas explotaron en Dublín durante la hora punta (matando a 26 personas, entre las que había una mujer embarazada) y la otra explotó en Monaghan hora y media después (matando a 7 personas).

Dos de las víctimas eran extranjeros: un italiano y una judía francesa cuya familia había sobrevivido al Holocausto.

La mayor parte de los cadáveres no se podían reconocer y uno resultó decapitado.

Los escaparates de las tiendas saltaron por los aires, los coches quedaron destrozados y los cadáveres cayeron en todas direcciones.

Este vehículo, al igual que los otros dos coches bomba, llevaba su auténtica matrícula.

Había sido robado esa misma mañana en la zona portuaria de Belfast.

Los edificios y vehículos a ambos lados de la calle sufrieron graves daños.

Hubo personas heridas por la metralla, los cristales que saltaron, partes del coche bomba destrozado y escombros; algunos atravesaron los vidrios de los escaparates.

[4]​ Frente a los almacenes Guineys se encontraban al menos cuatro cadáveres.

[5]​ Los cuerpos de las víctimas, terriblemente mutilados, se cubrieron con periódicos hasta que pudieron retirarse del lugar.

Para transportar la bomba de Parnell Street , que produjo la muerte de 10 personas, se utilizó un coche robado de color verde, modelo Hillman Avenger de 1970
Talbot Street (2006), la calle en que murieron otras 14 personas