Atar y desatar
Atar y desatar es originalmente una frase judía Mishná, frase también mencionada en el Nuevo Testamento, así como en el Targum.En el uso, atar y desatar simplemente significa prohibir por una autoridad indiscutible y permitir por una autoridad indiscutible.[1] Teóricamente, sin embargo, la autoridad de los poseks procedía del Sanedrín, y por lo tanto hay una declaración Talmudic que había tres decisiones tomadas por la casa inferior del juicio (el Sanedrín) a la que la casa superior del juicio (el celestial uno) dio su sanción suprema.[3] La afirmación de que todo lo que [un discípulo] ate o desate en la tierra, será atado o desatado en el cielo, que el Evangelio de Mateo atribuye a Jesús,[4] y que aún hoy se utiliza habitualmente en la oración, un método eficaz a cuenta del cristianismo.[1] Este es también el significado de la frase cuando se aplica en el texto a Simón Pedro y a los demás apóstoles en particular[1][5] cuando son investidos con el poder de atar y desatar por Cristo.