Astonishing Stories

Tras nueve números, Alden H. Norton reemplazó a Pohl, quien posteriormente lo recontrató como asistente.El presupuesto para Astonishing fue muy bajo, por lo que la adquisición de buena ficción generalmente se hacía a través los Futurians —un grupo de jóvenes aficionados a la ciencia ficción y aspirantes a escritores— al que Pohl pertenecía; así, las primeras ediciones incluyeron material de este grupo.Nunca se la consideró como un título importante en este género, sin embargo a pesar del bajo presupuesto, los lectores recibieron muy bien su material.El crítico de ciencia ficción Peter Nicholls comenta que «sus historias fueron sorprendentemente buenas teniendo en cuenta lo poco que se pagó por ellas»,[1]​ y esta visión es compartida por otros historiadores del campo.Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial y la consecuente falta papel llevó a la desaparición de varios títulos.[9]​[12]​ Mientras Super Science Stories pretendió insertar piezas extensas, Astonishing se centró en la ficción corta.[19]​ Una parte del dinero adicional fue a parar a Ray Cummings, un escritor de ciencia ficción de larga data lo suficientemente conocido como para que el joven Pohl rechazara su trabajo, toda vez que Cummings lo visitaba personalmente.[20]​ Pohl logró estirar su presupuesto a través de la reducción del espacio que necesitaba para llenar con ficción.Steeger fue poco receptivo, y Pohl comentó más tarde: «Nunca he estado seguro de si renuncié o conseguí ser despedido».El acuerdo se prolongó durante siete meses, tras lo cual Norton pidió a Pohl que volviera como su asistente.Como nuevo editor, necesitaba apresuradamente historias para el primer número de Astonishing —aunque el nombre aún no se había seleccionado— y, como la historia venía de un rechazo por parte de Amazing Stories y Astounding Stories, Asimov estaba dispuesto a venderla a medio centavo por palabra.Un par de semanas más tarde Pohl también adquirió The Callistan Menace del mismo autor.[31]​ Los Futurians fueron prolíficos; en el primer año Pohl compró un total de quince historias para las dos revistas que editó,[13]​ además él mismo contribuyó con material propio, usualmente en colaboración con uno o más de los Futurians,[7]​ usando los seudónimos James McCreigh y Dirk Wylie —que también lo utilizó Dockweiler.[10]​ Cuando perdió su trabajo como editor a fines de 1941, había comprado —y pagado— varias historias de su autoría que aún no estaban escritas, por lo que rápidamente las escribió para dejarlas en inventario.[9]​ Otros escritores conocidos que aparecieron en las páginas de Astonishing incluyen a Leigh Brackett, Clifford Simak, and E.Aleck Portegal, el director de arte de Popular, señaló inicialmente a Pohl que los artistas normales no estarían dispuestos a trabajar por los bajos montos en dinero que podía ofrecer, sin embargo, algunos de ellos si estuvieron dispuestos a recibir menos dinero para hacer este trabajo extra.Así, más arte profesional comenzó a aparecer en la revista, incluidos los trabajos de Virgil Finlay, Alexander Leydenfrost, Leo Morey, Hans Wessolowski y Frank R. Paul, todos ellos bien conocidos en el campo.